jueves, 8 de diciembre de 2011

Final Fantasy VIII

Uno de los mejores juegos de la extinta Squaresoft ha aterrizado, al fin, en la plataforma digital PlayStation Network de PlayStation 3 y PSP. Se trata de Final Fantasy VIII, la aventura de Squall, Rinoa y cía. por detener los malvados planes de una bruja.



La gran aventura de Squall
Allá por 1999, muchos caímos en las redes de Final Fantasy VIII, un juego de rol muy esperado tras los resultados de su predecesor. Cada nueva imagen era una gota más de esperanza, y cuando salió definitivamente a la venta causó furor. Si bien, fue el paso del tiempo el que dictaminó que fuera recordado como un excelente título… aunque la opinión general fue más favorable con Final Fantasy VII, al que buena parte de los fans de esta saga lo consideran la mejor entrega.
Sin embargo, Final Fantasy VIII tenía una historia bastante buena, un sistema de combate muy divertido, un sistema de mejora de personajes de lo más adictivo y un apartado gráfico excelente (para lo que era PlayStation). Por otra parte, hay usuarios que maldicen la existencia de Final Fantasy VIII, pues fue el título que dio inicio a la figura de “adolescente incomprendido que quiere salvar el mundo”, que tanto han explotado desde entonces en esta saga. Otro elemento que se ha mantenido como un estándar de la saga es la estética, que supuso la base para lo que luego vimos en títulos como Final Fantasy X.
La historia de Final Fantasy VIII nos pone en la piel de Squall Lionheart, un alumno del Jardín de Balamb que aspira a ser Seed (que es una especie de unidad de élite). Junto a él veremos a Seifer, el némesis de Squall, y que protagonizará la currada introducción de Final Fantasy VIII que tanto furor causó hace ya once años. El resto de personajes son otros seed como Selphie, Zell, Quistis o Irvine.
La trama tiene sus puntos álgidos y sus fases más anodinas, en buena parte debido al “tufillo” adolescente que se pretende vender en algunos momentos. De todas formas, sí que incluye algunos momentos sumamente interesantes como los flashbacks que protagonizarán Laguna, Kiros y Ward, aspectos que no queremos revelar para no estropear sorpresas a nadie.

Jugabilidad
Final Fantasy VIII se sustenta sobre un sistema de combate basado en turnos, donde las magias y las invocaciones tendrán una enorme importancia. Las invocaciones, llamadas Guardianes de la Fuerza, exhibirán un ataque elemental poderoso (aunque algunos ofrecen ataques o modificaciones de estado para nuestro equipo) que causarán daños importantes. De todas formas, ésta no será su única función, ya que gracias a ellos podremos utilizar todo tipo de habilidades y magias. A modo de ejemplo, decir que el G.F. Diablo nos ofrece la habilidad de “Ningún encuentro” para que no tengamos que luchar contra enemigos aleatorios, o las habilidades que nos ofrecen otros como aumentar un 40% nuestra fuerza, robar objetos a los enemigos, etc.
Otro aspecto fundamental de Final Fantasy VIII es el enlace de las magias a un determinado personaje. Cada uno tiene una serie de atributos de fuerza, magia, resistencia, especial, puntería, etc. que pueden ser modificados si los G.F. que tenga dicho personaje asociado tienen un enlace en cada parámetro. Así podremos atribuir una magia a cada atributo para mejorar notablemente dicho parámetro. Ejemplo: Si Zell tiene asociado al G.F. Shiva, podrá enlazar una magia al atributo de Fuerza. Si este está en 30 y asocia una magia Electro++, el parámetro ascenderá hasta los 75, con lo que los ataques físicos de Zell aumentarán una barbaridad.
Este sistema puede parecer un tanto complejo, y por ello se ha incorporado la opción de enlazar magias automáticamente… aunque lo suyo es ponerse a investigar por todo el mundo de Final Fantasy VIII en busca de las magias más potentes (Artema, Lázaro+, Fulgor, Sanctus, Meteo, Triple, etc.) para que así nuestros personajes sean mucho más poderosos.
Los combates son muy divertidos, siguiendo la estela de lo que ya habíamos visto en Final Fantasy VII. Eso sí, se ha eliminado la barra de límite, con lo que los ataques especiales de los personajes sólo podrán ejecutarse cuando estos tengan poca energía restante. Como único defecto está el hecho de que las escenas de los G.F. son demasiado largas, lo cual corta un poco el ritmo de la partida… y más cuando nos toque ver la misma secuencia 100 ó 200 veces (que será el número de veces que ya habré visto a Ifrit).

Gráficos
No voy a valorar este apartado en relación a la época actual, pues saldría perdiendo. Aún así, hay que reconocer que en PSP luce un aspecto realmente bonito, sin que llegue a hacer daño a la vista por los 11 años que casi han transcurrido desde que saliera a la venta. En PlayStation 3 el resultado no será tan bueno, pues palidece en comparación con los títulos actuales.
Sin embargo, hay que reconocer que los fondos prerrenderizados ofrecen un aspecto muy mejorado si se compara con Final Fantasy VII, así como los modelos de personajes, G.F. y enemigos han sufrido una evolución asombrosa. Muestran un detalle mucho más conseguido, aunque también es cierto que la pixelación es bastante común (aspecto que no nos extraña si tenemos en cuenta que se trata de un juego de PlayStation). Por otra parte, también es digno de mención el aumento de los efectos de luz, que fue de lo mejor que pudimos ver en la primera consola de sobremesa de Sony.

Música/Sonido
La banda sonora hace un trabajo realmente excelente, pues a pesar de los once años ya transcurridos, aún me acordaba de alguna de las melodías más bonitas. Estas podrían ser la sintonía de la bruja Edea, el tema original o el relajante tema de guitarra que suena durante nuestra estancia en la ciudad de Balamb.

Edición Española
Final Fantasy VIII viene con textos de pantalla en perfecto castellano. No hay ninguna queja al respecto, así como tampoco podemos quejarnos de la adaptación a PlayStation Network, que funciona sin que dé ningún tipo de error o fallo.

Conclusión
Final Fantasy VIII es otro representante más de que el género de los RPG japoneses vivieron una época dorada durante la existencia de la primera PlayStation. No en vano, me he tirado 65 horas jugando a Final Fantasy VIII once años después de que lo hiciera por primera vez (y entre medias ha habido otras 2 partiditas más). Esto no puede ser más que otro síntoma de que estamos ante un gran juego. Es una compra obligada para los amantes del género que aún no lo hayan probado.

Lo mejor: Los combates. El sistema de mejora de atributos. La importancia que tienen los G.F. y las magias. El juego de cartas. Es muy largo y contiene muchos extras.
Lo peor: Algunos momentos de la trama no son tan interesantes. Las escenas de vídeo de los G.F. se vuelven algo pesadas.

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